martes, 29 de octubre de 2013

Capítulo veinte: "Something's coming!"





“Behind the bleachers in five.” (Atrás de las gradas en cinco.)

¿Vieron cuando mandan un mensaje pero a los tres segundos se arrepienten rotundamente? Bueno, eso. Me empecé a impacientar. Anna tuvo que sostener mi mano con la suya para que dejara de tamborilear en la mesa. Un minute después, el cual pareció media hora, mi cellular vibró en mis dedos bajo el escritorio.

“See you there, x.” (Te veo ahí, x)

Me mordí el labio para reprimir una sonrisa y me pare logrando captar la atención de la profesora.

-No me siento bien, ¿puedo ir a la enfermería? –La profesora me examina unos segundos y asiente antes de proseguir con la clase.

Me agacho, agarro mi bolso y salgo por la puerta, bajo la mirada de confusión de Anna.

Me apresuré a llegar detrás de las gradas. De repente todo en mi mente empezó a dar vueltas. ¿Qué chota estoy haciendo? Decirle a Louis que venga a verme es prácticamente un suicidio. Es como en Caperucita Roja. Como odio esa historia. La madre le dice que no le hable al lobo, ¿y qué hace la mamerta? Se mete en la boca del lobo. Acá es lo mismo. Por más que yo me repitiera que era mala idea, solo me incentivaba más a irme con él. Me estoy metiendo en la boca del lobo, como la estúpida de Caperucita Roja.

De repente empecé a dudar de todo. Esto estaba mal. Lo que mal empieza, mal termina. Y esto va a terminal mal. Lo se. Lo presiento. Comencé a caminar de un lado a otro desesperada. Ya habían pasado como ocho minutos desde el mensaje y él no aparecía. O sea, además de que esto es una pésima idea, me está dejando plantada…

-Ya era. Yo me voy. –Digo en un susurro para mí misma. Pero antes de comenzar a avanzar, siento una presión sobre mi muñeca.

Mi respiración se aceleró, y mis músculos se tensaron en señal de nerviosismo. Me daba miedo voltear. Me había arrepentido de todo, y justo cuando planeaba irme, llega. Ni yo me movía, ni él hacía ningún intento de nada. Estuvimos alrededor de treinta segundos en completo silencio. Sujetó mi muñeca con más fuerza aún y cinchó de ella logrando que voltee y quede pegada a su cuerpo. No había notado lo cerca que estábamos cuando estaba de espaldas.

Miré sus ojos temerosa y traté de controlar mi respiración. Nunca se preguntaron “¿Qué chota hago acá?” Bueno, eso. Lentamente negó con la cabeza, sin despejar su mirada de la mía. ¿Qué quería decir? Me flaquearon las piernas conforme me iba arrastrando hasta chocar con una de las paredes de madera que sostenían las gradas.

De repente razoné. O hice un intento de razonamiento. Acabo de estúpidamente entregarme al chico que me viene haciendo la vida imposible desde que nací, prácticamente. Y para peor me ponía nerviosa. ¿Dónde se vio?

-Yo me estaba yendo. –Dije en un intento de sonar segura de mis palabras, pero sin lograrlo por completo. Él negó lentamente y bajó la mirada a mis labios.
-No. –Respondió a secas. Su mirada volvió a subir a mis ojos.
-Si. –Retomé mi control y lo miré firme.
-No. –Repitió jugando con mi mirada. Nuevamente comencé a temblar. Bajé la mirada para zafarme de sus penetrantes ojos.

Tomó mi cara con ambas manos y en menos de lo que puedo pestañar, sus labios habían atrapado los míos, y comenzó a besarme intensamente. Bajó las manos hasta mi espalda baja, y yo aproveché para poner las mías sobre su pecho. De repente lo separé bruscamente.

-Esto está mal. –Él sonrió y volvió a la actividad anterior. Subí mis manos a su cuello y comencé a jugar con él, hasta que nuevamente lo separé de mí. –Es completamente ridículo. –Él me miró divertido y esta vez fui yo quien volvió a besarlo. Pero nuevamente lo separé a los minutos.
-¿Vas a pararme cada tres segundos para meterme una escusa estúpida? –Preguntó gracioso.
-No. De hecho iba a decir que ya no me quedaban escusas estúpidas. –Sonrió y me volvió a besar.

Emitió una pequeña risa sobre mi boca, lo que me pareció increíblemente tierno.

-Genial. –Murmuró contra mis labios, para atacarlos nuevamente.

Cuanto más miedo tenía de que alguien nos descubriera, más ganas de seguir besándolo tenía. Es como si me atrajera el hecho de que fuera clandestino. Y mientras deslizaba mis manos por debajo de su chaqueta me di cuenta que yo necesitaba esto. Necesito este tipo de acción. Antes, cuando Harry y yo éramos… Lo que sea que fuéramos, era como un tipo de entretenimiento. Y mi vida se había vuelto aburrida en el último par de meses. Es por eso que lo besé antes de ir a Grecia. Porque no aguanto el aburrimiento. Y desde que Louis volvió, lo menos que hago es quedarme aburrida. Necesito la adrenalina y excitación que me provoca el estar con el. Necesito la clandestinidad. Necesito sus besos. Lo necesi… ¡No! No lo necesito. ¿Qué estoy diciendo? Yo no dependo de nadie. No necesito a nadie. No me apoyo en nadie.

Lo separé bruscamente otra vez.

-Yo no te necesito. –Le dije obvia, pero él me miró entre divertido y confundido. Es como si cada palabra que saliera de mi boca le causara gracia.
-¿Te aplaudo? –Me dijo sarcásticamente. –Felicidades, cielo. ¿Volvemos a lo nuestro?
-No hay nada nuestro. No existe un nosotros. –Me quejé ya prácticamente perdiendo la razón.
-Okey… ¿Volvemos a lo tuyo y lo mío? –Repitió ahora más confundido que divertido.
-No hay nada que sea tuyo y mío al mismo tiempo. –Louis suspiró y volvió a mirarme.
-¿Volvemos a besarnos o no? –Preguntó algo frustrado. Miré para sus pies, y luego nuevamente a sus ojos.
-Okey. –Dije para volver a besarlo como antes.

Luego de una larga sesión de besos que duró aproximadamente media hora, mi bolsillo comienza a vibrar. Obviamente usé la escusa de mi celular para parar el beso. Si dejaba que vibrase significaría que él es más importante que mi celular. Y él no es más importante que nadie. Ni nada.

“How r u feeling?” (¿Cómo te sientes?)

El mensaje era claramente de Anna. Un momento, ¡Anna! Cuando salga de clase va a querer ir a verme. Y eso sería en exactamente… Un minuto. ¡Fuck!

Abrí los ojos grandes y salí corriendo dejando a Louis parado solo mientras reía. Llegué a la parte lateral del edificio, donde me colé por la ventana de la enfermería hasta caer en la camilla justo para el momento en el que el timbre sonó.

-¿Usar las ventanas es la nueva moda? –Preguntó la enfermera, quien me miraba desde su escritorio sobre sus pequeñas gafas. Había estado anotando en su cuaderno la gente que había asistido a la enfermería durante el día. Lo se porque pasé acá prácticamente todo el invierno durante tres años, cuando descubrí que la enfermería era el lugar más caliente del todo el colegio.
-Nelly, por favor, cubrime en esta. –Ella sonrió.
-No me hagas cómplice de tus locuras, _______. –La miré suplicante. Ella tapó su lapicera, y la guardó junto con el cuaderno en uno de los cajones de su escritorio. –Ahora, si me disculpás, voy a buscar una taza de café. –Me guiñó el ojo y salió de la enfermería rumbo a la sala de profesores, dejándome sola con una gran sonrisa impregnada en la cara.

Saqué una bolsa de gel de la mini-heladera a un lado de la camilla y me lo puse en la frente, y justo cuando terminé de recostarme en la camilla, Anna entró.

-¿Qué te pasó? –Preguntó llegando a mi lado.
-Tengo algo de fiebre… -Mentí poniendo la mejor cara de enferma que se fingir. Y me cuesta un poco, porque nunca tuve que fingir estar enferma. Si no quería ir al colegio, simplemente no iba. Mi madre no estaba en casa como para obligarme a ir. Me miró algo dudosa…
-¿Por eso te fuiste rápido de la clase de teatro? ¿Porque te sentías mal? –Y de repente todo quedó servido en bandeja de plata.
-Si. –Respondí seria. –Me duele mucho la cabeza.
-¿Por qué no me dijiste antes? –Preguntó preocupada.
-Pensé que era soportable. –Mentí. Mentí descaradamente. Y no se sentía bien. Pero a la vez se sentía asombroso.
-Okey. Cualquier cosa avisame. Me voy que tengo clase. –Asentí con una sonrisa débil. –Bye. –Se despidió y salió por la puerta, justo cuando la enfermera volvía a entrar con una taza de café en la mano.

Me saqué la bolsa de gel de la frente y puse mi mano para calentarla. Tanto frío me iba a terminar dando dolor de cabeza en serio.

-Nelly, me siento… -Antes de que Harry pudiera terminar su frase me vio y frunció el ceño confundido. –Mal. –Completó entrando a la enfermería por completo.
-No, claro que no. –Respondió la enfermera, mientras volvía a revisar su libro, pero esta vez con una tasa en la mano. Sin embargo no hizo nada para echar a Harry de la enfermería.
-Ella tampoco se siente mal. –Protestó como un nene chico. –E igual la dejás estar acá. –Yo sonreí inocente.
-Claro que no lo hago. –Juro que a esta mujer le da paja todo. Algún día le va a dar paja respirar, y se va a morir. A caso que le de paja morirse… Venís diciéndole que te partiste una uña, y la gorda te manda a tu casa, y por poco no llama a la emergencia.
-Pero aún así está aca…
-Harold, si la echo a ella, te echo a vos. –Harry la miró, me miró a mí, y luego la volvió a mirar a ella.
-Funciona para mí. –Tiró la mochila al lado de la camilla y se sentó a mi lado.
-¡Ei! ¡La camilla era mía! –Protesté empujándolo con los pies, logrando que el papel que la recubría se rompiera.
-No me pienso mover. Compartí. Ni que te sintieras mal de verdad… -Puse los ojos en blanco y me acosté a mirar al techo. –Pasame tu celular. –Me pidió extendiendo la mano. Harry juega al Candy Crush en mi celular desde ayer, cuando pasó el nivel que en el suyo no podía, y ahora utiliza deliberadamente el mío para jugar. Lo saqué de mi bolsillo y se lo entregué.

Pasó un minuto y Harry no se movía, tal vez estaba demasiado enfrascado en su juego, y yo me comenzaba a aburrir. Así que me senté en la camilla. Al ver a mi mejor amigo descubrí que estaba mirando fijamente la pantalla de mi celular. ¿Para jugar al Candy Crush no es necesario que tu dedo interactúe con la pantalla? Hasta donde yo se, si…

-Harry, ¿qué hacés? –Pregunté intrigada…
-Armo un puzle. –Respondió sin sacar la mirada de mi celular. Esperen un momento…
-Yo no tengo ningún juego que involucre un puzle…
-¿Quién dijo que yo jugaba? –Me habló serio. Bloqueó el celular y me lo devolvió. Se bajó de la camilla, agarró su mochila, y arrancó a caminar. ¿Qué onda?
-¿Harry que te pasa? –Pregunté imitándolo. A todo esto la gorda había vuelto a la sala de profesores… Me puse a pensar… No había nada que pudiera comprometerlo a él, o algo en mi celular… -Harry respóndeme. –Insistí, tomándole del brazo y volteándolo.
-No tengo ganas de hablar contigo. ¿Por qué no vas a hablar con Louis? Y de paso te lo comés un poco más…

Estoy segura de que mi cara palideció y mis mejillas se volvieron el triple de rojas. A eso se refería con “armar un puzle”… Abrí los ojos grandes y me lo quedé mirando. Nos sabía que decir, o como reaccionar. No sabía como hacer que él se calmara. Ni siquiera sabía por qué se había enojado. Consideré mentirle, pero a la larga iba a ser peor. Además conozco a Harry más de lo que me conozco a mí misma… Y no lo iba a dejar tan fácil.

Él intensificó su mirada, y yo tuve que bajar la mía de lo intimidada que estaba.

-¿No me lo vas a negar, siquiera? –Preguntó incrédulo, pegando un bufido.
-Te conozco lo suficiente como para saber que no te gustan las mentiras… -Respondí timida. ¿Cuándo me vieron a mí tímida? En pocas ocasiones. Uno, cuando Liam se enoja conmigo. Y dos, cuando Harry se enoja conmigo.
-Yo creí que te conocía lo suficiente para saber que confiabas en mí, pero veo que me equivoqué. –Vi la cara de decepción y me dieron ganas de largarme a llorar. Volteó y caminó fuera de la enfermería. No tardé en seguirlo hasta el pasillo.
-Esperá, Hazz. Por favor. Perdoname. –Admiren este momento. Saquen fotos, fílmenme, lo que sea. ¡Estoy pidiendo perdón! O sea, yo, la persona más orgullosa que conozco, pidiendo perdón.
-¿Por qué no me contaste? –Preguntó aún más decepcionado que antes. Los pasillos estaban vacíos. Todos estaban en clase, y los únicos fuera éramos nosotros dos.
-Porque… No es nada, ¿okey? –Susurré. No vaya a ser que alguien no escuche por gritar, y lo último que quiero es que la gente sepa que besé a Louis Tomlinson… -Solo nos quedamos… Un par de veces.
-¿Un par de veces? –Preguntó incrédulo y levantando la voz. Hice señas para que la bajara, pero me ignoró. -¿O sea que fue más de una oportunidad? –Miré a ambos lados para corroborar que nadie nos estuviera viendo, y arrastré a Harry contra su voluntad hacia el patio de afuera, donde estaba la galería.
-Tres, ¿feliz? Fueron tres veces, nada más. –Me miró enfadado. –Perdón. Pero no es algo que ande divulgando de la manera más feliz del mundo…
-Pero soy tu mejor amigo, _______. Nunca te juzgaría. O sea, soy Harry Styles. Te aseguro que no hay nada que hayas hecho que yo no haya echo antes.
-Lo se, solo que… ¿Sabes lo vergonzoso que es decirle a alguien que me beso con… -Miré a todos lados nuevamente. –Con Louis?
-Entiendo por qué te parecería vergonzoso contarle a los demás, pero yo no soy todo el mundo, _______. –Miré a mis pies tímida.
-Lo se, y lo siento. ¿Me perdonás? –Pregunté mirándolo lo más tierna posible. Él, por más que tratara de reprimirla, se le escapó una sonrisa.
-Okey. –Me abrazó de lado mientras caminábamos sin rumbo por el patio del colegio desierto. –Prometeme que no me vas a ocultar nada más, nunca. –Yo asentí aún dentro de su abrazo.
-Okey. Lo prometo. –Nos separamos. Demasiado sentimentalismo para una misma tarde –No te ofendas, pero… ¿Cómo lo averiguaste?
-Si me ofendo… -Respondió gracioso.
-Lo lamento… No te da la cabeza para matemática, pero para resolver cosas que nadie quiere que resuelvas, sos un capo. –Se le escapó una risa.
-Cuando desbloqueé tu celular, estaba en la casilla de mensajes. Y decía Will. Vi la hora del último mensaje, y noté que fue la misma hora en que desinteresadamente Louis se paró de la clase de derecho y salió por la puerta como si fuera lo más natural del mundo. –Si sonaba como algo que Louis haría. Omití una risa. –Y después recordé como estuvo el poco rato de clase mensajeándose con una tal “Tessa”, y nada… Ponele que se me prendió la lamparita. -¿Louis me tenía agendada de Tessa? –No hay que ser extremadamente inteligente para saberlo… -Esta vez yo reí, por el hecho de que se estuviera llamando a sí mismo burro.
-No le digas a nadie, ¿si?
-¿Vas a estar con él de vuelta? -¿Iba?
-Sí. –Respondí sin pensar. –No. –Respondí una vez que recapacité. –No se. –Él asintió mientras caminábamos. –No creo. –Respondí al fin. Pero luego recordé todo lo que había pensado… -O bueno, puede que sí… Da igual. No le digas a nadie, por favor.
-Estás hasta las manos. –Esa confesión me dejó casi sin aire.
-¿Es en cerio? Ni a palo. ¿Mirá si voy a estar hasta las manos? Nunca en la vida. Digo, es loco. –Comencé a decir rápidamente mientras caminaba con más rapidez. Él me frenó y me hizo mirarlo.
-Okey. No estás hasta las manos. Calmate, flaca. –Respiré y le golpeé el hombro. –Vamos a casa.

A la culminación de las clases estaba volviendo al colegio, ya que quedamos de que con las chicas ir a tomar algo y después ir a comprar ropa para el cumpleaños de Niall. Es solo una escusa. Compraríamos ropa para el cumpleaños de Niall, o para ir al asilo. Da igual. Amamos la ropa.



-¿Por qué Micaella tarda tanto? –Preguntó Angie desesperada por su café.
-Supongo que alguien debió de haberla acompañado… No creo que pueda sola con todos los vasos. –Comentó Alison revisando su celular.
-Si… No creo que necesite ayuda. –Comentó Anna con una pequeña sonrisa en la cara. Todas la miraron raro, menos yo que levanté la vista y vi a lo que se refería. –Volteen disimuladamente. –Alison dio vuelta la cabeza exageradamente, y luego volvió a nosotros. -¿Sabés el significado de “disimuladamente”? Parecías la mina del exorcista, o un búho. –Yo reí ante su comentario.
-¿Es Dean Geyer? –Preguntó Alison asombrada, evadiendo el comentario de Anna.

Yo asentí lentamente. Dean Geyer es un chico que va a nuestra escuela. Está en el equipo de natación, lo que hace que tenga una excelente espalda, y además está en el equipo de Básquetbol, lo que le da un excelente cuerpo, generalizado. Es de los populares, de alguna manera.

-¿Quién es Dean Geyer? –Preguntó Angie con notorias ganas de volver a voltear.
-No se. Pero está divino. –Comentó Anna sin poder despegar los ojos de él.
-Va a nuestra escuela. Es el número… -Lo pensé por un momento. – Tres. Si, el número tres en la lista.
-¿Lista de qué? –Preguntó Annie mirándome.
-Hotties. –Respondí con una sonrisa.
-De hecho, creo que bajó unas cuantas posiciones… -Comentó Alison mirándome.
-¿Por? –Pregunté, mientras echaba una mirada de cómo Micki hablaba animadamente con Dean en la caja de Starbucks.
-¿Cómo es la lista? –Preguntó Angie evadiendo mi pregunta.
-No lo se. Ahora que al parecer la cambiaron, ni idea de cómo quedó. Aunque apuesto lo que sea a que Harry sigue primero… -Dije graciosa. Alison asintió.
-Mi hermano va a salir del liceo y va a seguir siendo primero en la lista. –Dijo en un suspiro mezclado con asco…
-¿Y el segundo? –Preguntó Annie.
-Antes era Sean. –Dije yo indiferente… -¿Sigue siendo él? –Alison negó con la cabeza. -¿Quién es entonces? –Pregunté. Ella me sonrió inocentemente. -¿Es joda? Él no es lindo… -Una simple mirada con Alison y ya supe quien era… -Louis no puede ser el segundo de la lista… O sea, no. –Comenté desesperada. Mis amigas se burlaron de mí y yo puse los ojos en blanco.
-Marcie controla la mayoría de puestos en esta lista. No se por qué te sorprende. –Comenta Alison aún riéndose de mí.
-¿Y el tercero? –Pregunta Angie.
-Sean. Después Zayn. Luego Dean. Luego Liam. Luego Niall. Luego Connor, un pibe que no conocen. Después Noah. Y por último James. –Relató Alison como si la lista de los chicos más calientes del colegio fuera su biblia. En eso llegan Dean y Micki. Dean cargaba con una bandeja llena de vasos de café, y Micki con otra. Venían hablando animadamente.
-Oh, hola Alison… _______ -Nos saludó amable mientras depositaba la bandeja en nuestra mesa. –Y chicas.
-Dean… -Dije sonriendo a modo de saludo. Luego miré a Micki con su sonrisa de boluda, y me dieron ganas de largarme a reír ahí mismo.
-Nos vemos en la fiesta, entonces. –Le dijo Dean a Micki. Ésta última asintió sin borrar la sonrisa, y el chico se desvaneció con un café en la mano por la puerta de entrada.
-¿Alguien notó lo bueno que estaba? –Preguntó Micki sentándose en la mesa junto a nosotros. Las cuatro restantes levantamos la mano inocentes mientras le dábamos un sorbo a nuestro respectivo café.
-“Nos vemos en la fiesta, entonces”. –Repetí yo con voz de hombre burlándome de Dean y de Micaella. Ella me golpeó el brazo de broma.

Estuvimos todo lo restante de la tarde de compras por el centro comercial. Obvio que una vez que veíamos algo que nos gustara, lo comprábamos. Aunque no lo fuéramos a usar para el cumpleaños de Niall.



-Fin de tu narración.-

-Narrador omnisciente.-

-Son las once y veinte. ¿No deberíamos de empezar a prepararnos? –Preguntó el Niall tirado desde el sillón con una cerveza en la mano.
-Dentro de un rato. –Respondió Zayn entretenido jugando al Play Station con Harry.
-¿Planean estar con alguien esta noche? –Pregunta Liam, mientras le da un sorvo a su botella.
-Con tu hermana. –Respondió Harry de broma, sin dejar de mirar la pantalla donde le iba ganando a Zayn uno a cero en el partido de fútbol virtual.
-No me pareció gracioso… -Respondió él.
-¿Cuándo te pareció gracioso? –Preguntó el más grande de los Styles.
-Nunca. Por eso, cortala. No estés más con mi hermana. Tipo, son códigos.
-¿Dónde están tus códigos cuando estuviste con MI hermana? –Respondió éste, poniéndole pausa al juego para mirar a su amigo.
-Ya me disculpé, ¿si? Y estuvo mal. ¿Se dan cuenta de lo mucho que nos peliaríamos si todos estuviéramos con la hermana del otro? Códigos, pajeros, códigos. ¿Tengo que recordárselos? Miren si después terminamos todos peleados por culpa de eso. Hay cosas intocables en la vida. Y las hermanas entran en ese rango. Me lo banqué por pila de tiempo, pero no da más. Niall, ¿cómo te pondrías si de una Harry se come a Micki? –Niall frunció el seño enojado pero no respondió. –Exacto. O, Louis, ¿cómo te pondrías si Zayn besa a Anna? –Éste último se removió incómodo en su asiento. –Lo cagarías a palo. Es lo que digo. Y va en general. Las hermanas son intocables. ¿Pacto? –Todos lo miraron dudosos. Sobretodo Louis y Harry. Pero tenía razón en todo lo que decía. Hacerlo estaba mal. Era deshonrar a un amigo. Y los amigos son más importantes que las chicas. Finalmente todos terminaron aceptando el pacto, y se fueron a preparar para el cumpleaños.



-¡Delen, chiquilinas! ¡Son las dos y ustedes todavía no están listas! –Gritó Liam desde debajo de las escaleras.


Las chicas bajaron las escaleras para irse a la discoteca. Cuando _______ pasó por al lado de Louis, éste simplemente la ignoró. Lo que la hizo dudar. Esta iba a ser una larga noche… Ya se lo esperaba.

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Chicas!!! Perdón y millones de perdones por la tardanza. Es que los parciales me consumen la vida. ¿La buena noticia? El lunes que viene termino las clases!!! Wi!!!!! Y ahí si que arrranco y hasta el 9 de enero no paro. Jajaja en fin, el capítulo que viene les va a encantarrr. El bardo que se arma en el cumple de Niall... Mmmm... Ni se van a querer imaginar. Pero va a estar genial, en mi opinión. En fin, Esta es una foto de Dean Geyer: 


Si, está divino. Yo no lo conocía antes, igual. Me lo pasó Micaela jajaja. En fin, ojalá les guste el capítulo. Una cosa más NO ME COPIEN MÁS MI NOVELA, PORQUE YO SIEMPRE ME ENTERO!!! YO NO LE DOY PERMISO A NADIE PARA QUE LA COPIE, O ADAPTE O NADA. ASÍ QUE SI SABEN DE ALGUIEN QUE ME LA COPIE, ME AVISAN POR FAVORR!!!  Sino, lamento decir que voy a tener que tomar medidas extremas. Bueno, nada. Me gustaría dejarles mi mail, por si alguna no tiene ni facebook, ni twitter y se quiere comunicar conmigo. O simplemente tuvo una maratón de Pretty Little Liars y se copó con los mails y me quiere mandar mails... juliii1d@hotmail.com Amo mandar mails, jajaa. Así que son bienvenidas a mandarme todos los que quieran. Beso enorme a todas., Y no se lolviden de visitar mi nueva novela!!! Las adoro!

-Juuu :)

miércoles, 23 de octubre de 2013

SURPRISE, SURPRISE...



Buenos días/tardes/noches a todas mis hermosas lectoras!!!! ¿Cómo han estado? Claro, se estarán preguntando: "¿Qué chota hace esta estúpida acá cuando debería de estar estudiando?"... Mentira. Eso me lo pregunto yo. Ustedes se deben de estar preguntando por qué soy tan mala de dejarlas con la intriga en el capítulo anterior. Perdón por eso... En fin, no es esa la razón por la que escribo esta entrada.

La razón de esta hermosa entrada es que... Estamos celebrando... ¿Qué estamos celebrando? EL CUMPLEAÑOS DE ANA, WIII :) Y claro, no la puedo dejar sin un regalo digno... ¿no?

Al principio consideré regalarle un capítulo, porque como estoy en medio de parciales aún, no podría haber escrito más de eso. Sin embargo, ayer no se que onda, pero fui iluminada con inspiración. Y decidí que no le iba a regalar un capítulo... Miren que nadie sabe de esto. Ni siquiera ella. La agarré hoy en clase y le dije que el tenía un regalo, pero que no era algo normal... Y se quedó re impaciente. Si, como ven amo dejar a la gente con la intriga. Algún día voy a ser asesinada por esa razón. En fin... Ana tiene cierta debilidad por Zayn... Si no lo sabían, ahora lo saben. Así que mi regalo para ella es....

UNA NOVELA.

Wow... Re loco, ¿no? Pero sí. Es una novela de Zayn y tu, y es mi regalo de cumpleaños para ella. (Conste que no fui al gimnasio por esto, así que Ana, si lees esto, deberías saber que hoy no quemé ninguna caloría por vos)

Antes que nada, algunas cosas a aclarar:

1) Esto es un simple experimiento. No se si va a salir bien. Así que no me maten si llega a pasar algo. Aunque saben que no soy muy de abandonar novelas. Como planeo seguir la de Niall cuando termine el colegio (En 12 putos días, bitches!) y la de Louis, ahora agregar la de Zayn va a ser una locura. Pero, como dije, vale la pena intentarlo. Ana tiene como 500 novelas esparcidas por todo internet, (de las cuales solo conozco una), pero el punto es que si ella puede escribir para todas, yo tal vez pueda...

2) La novela como ya dije es de Zayn y tu, en honor a Ani, y ella va a formar parte de la misma, (sigue siendo parte de mi maravilloso regalo) con alguno de los chicos, de los cuales aún no se cual va a elegir. Aunque presiento que va a ser Harry. Porque si Zayn no está disponible, Ana se le tira a Harry de guan. Probablemente necesite más chicas, pero todavía no se muy bien como va la cosa, así que cuando precise les voy a avisar.

3) Esta es la primera vez que estoy lanzando una novela en la cual solo tengo pensado el principio... Por eso dijo que es un experimento. Porque no se como va a terminar todo esto.

4) Necesito que sean extremadamente honestas de si les gusta o no la novela, porque es algo apresurado, rápido, y decolocado. Y tengo miedo de que a nadie le guste... Por eso apreciaría su opinión en el blog de dicha novela.

5) El nombre tal vez cambie. Porque lo pensé medio a la apurada. Pero en un principio va a quedar así.

6) Lo último, pero no por eso lo menos importante, el link de la novela: http://beautifullife1dytu.blogspot.com/

De verdad espero que les guste, y Ana, ojalá ames esta novela casi tanto como yo te amo a vos, puta :) Terminá divino el día!!!

Laters, babies.

-Ju :)

sábado, 12 de octubre de 2013

Capítulo diecinueve: "Autumn Leaves".



(No me deja poner el video, no se por qué, pero la canción es de Ed Sheeran, por si la querían escuchar. )

-A Chuck le acaban de disparar, y Dan está por tener un bebé con Georgina. –Dije sonriendo refiriéndome a Gossip Girl mientras daba vuelta el juego. Sonreí y me volteé alejándome de él. No me iba a dejar controlar. –Cuidado al bajar. –Dije mirándolo desde la cama con una sonrisa.
-Estoy seguro que podrás averiguar si Chuck murió o no más tarde.

Al levantar la vista lo tenía a menos de tres milímetros de mi cara, portando una sonrisa amplia. Tenía mis ojos fijos en los suyos, pero aún pude sentir su mano subiendo por mi pierna desnuda. Mal día para dormir únicamente con una remera de Liam, que con suerte me cubría el culo. Al instante que su mano pasó mi rodilla y seguía subiendo, mi piel se erizó por completo bajo sus caricias. Mi cabeza no paraba de gritar que lo eche, que lo aparte y lo tire por el balcón. Pero ninguna de mis articulaciones parecía obedecerle. Mi respiración se comenzó a agitar en el momento en que puso su mano libre en el hueco de mi cuello. Lo estaba haciendo lento para hacerme sufrir. Lo conocía. O tal vez no era que lo conocía, sino que me estaba fiando de la teoría de que es igual a mí, y eso definitivamente sería algo que yo haría.

Se acercó a mí lo suficiente como para que nuestras bocas se rozaran, pero aún así no se dignaba a besarme. Sin embargo no paraba de sonreír burlonamente y acariciar mi pierna, logrando que esté a punto de colapsar. Estaba jugando conmigo. Justo como en el vestuario hace una semana. En el m momento en el que pensé que iba a actuar, que me iba a besar, sacó su mando de mi pierna y la puso en mi cuello del otro lado que la otra. Subió la cara y me dio un beso en la frente.

-Buenas noches, _______. –Dijo para luego pararse aún portando la misma sonrisa y desaparecer por mi balcón. Lo último que vi fue su cara justo un segundo antes de que bajara por la enredadera.

¿Qué fue eso? En el momento se me ocurren dos teorías. La primera es que me está re boludeando, me da má﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽que una calesita. dos teorgundo antes de que bajara por la enredadera. e sufrir. Lo conocás vueltas que una calesita. Y la otra es que simplemente lo esté haciendo para molestarme. Porque no olvidemos que es Louis Tomlinson. Prácticamente fue creado con la única función de hacer mi vida imposible. Pero ya no más. No va a jugar conmigo. Porque es lo que hace, ¿no? Jugar.



A la mañana siguiente me desperté extremadamente feliz. El otoño ya se hacía visible en Londres y eso me ponía de un increíble buen humor. A la gente normalmente se le olvida el otoño. Cuando preguntan por su estación favorita suelen decir verano, o primavera, incluso el invierno a aquellos que les gusta la nieve, y las festividades que la estación conlleva, pero nadie suele escoger otoño como su predilecta. Sin embargo, acá estoy yo, afirmándolo. ¿Por qué me gusta tanto el otoño? Fácil. El otoño le da vida a Londres. Mi recuerdo de esta ciudad es gris, triste y aburrido, sin embargo en otoño se llena de color. Las hojas que caen de los árboles inundan las calles, llenando todo Londres de color rosa, rojo, amarillo y naranja. Es lo único que le da color a Inglaterra. Y a mi me gusta el color. Así que me gusta como el otoño adorna mi ciudad.

Desde  el momento en que pisé el piso de mi habitación una sonrisa inundó mi cara, y presiento que no se va a ir en un rato. Me di un baño rápido y al salir me vestí y cepillé mi cabello. Bajé a desayunar junto a Liam, primera vez en lo que va del año escolar que bajamos al mismo tiempo, creo yo. Siempre cuando bajo él ya está desayunando.

Al llegar Liam y Mary se enfrascan en una conversación acerca del clima en el resto del día, y yo me dispongo a agarrar una manzana del centro de la mesa y subir nuevamente a mi habitación entre bocado y bocado para poder preparar mis cosas para el colegio. Una vez que terminé tanto la manzana como de acomodar los cuadernos en el bolso, me retiro al cuarto de baño para cepillarme los dientes y darle una repasada a mi labial.

Bajo las escaleras lentamente mientras una brisa otoñal se cuela por la puerta del fondo, la cual Mary acaba de abrir para salir y ponerse a descolgar la ropa seca. Sonrío instantáneamente para el momento en el que llego al sillón. No hay rastros de Liam, así que debe de estar cepillándose los dientes. Dedico esos breves minutos a revisar mi celular. Hay dos mensajes nuevos. Parte de mí desea que uno de ellos sea de él, aunque no quiera admitirlo. Despertarme con un mensaje suyo el otro día fue bastante agradable. Pero esa hipótesis queda rápidamente descartada al abrir la casilla de mensajes. El primero era de Ana. Decía algo sobre prestarle un vestido para el cumpleaños de Niall. No veo la urgencia de decírmelo ahora y no cuando lleguemos al colegio. No le respondo, espero para decírselo en el colegio. Y el segundo es de la compañía de teléfono ofreciéndome una promoción de dos por uno en entradas del cine la semana que viene. Lo se, terrible fracasada.

En eso oigo unos pasos aproximarse por las escaleras, y al levantar la cabeza me encuentro con un sonriente Liam cargando su mochila sobre el hombro derecho.

-¿Por qué la sonrisa? –Pregunto sonriendo también. Parte por el clima, y parte porque su sonrisa es verdaderamente contagiosa.
-No lo se. Solamente se que me desperté feliz. –Responde sin dejar de mostrarme su blanca dentadura. Le devuelvo la sonrisa y nos adentramos en el garaje para subirnos al auto.

Normalmente es Liam el que maneja. De mañana yo no tengo mucha conciencia sobre lo que pasa a mi alrededor, así que si algún día en particular me siento con ganas de manejar, no se opone, más comúnmente es él quien lo hace.

Se abre la puerta de la cochera y me da la vista de una calle llena de hojas de todos los colores dentro de la gama de los rojos y amarillos. Ensancho aún más mi sonrisa y me relajo bajo los asientos del auto.

La radio se prende automáticamente en un programa matutino, donde se escucha la elocuente voz de una locutora hablando sobre el otoño.

“Oficialmente se terminó el verano y éste dio paso al otoño, temporada de lluvia, hojas secas y también de amores.

Todos dicen que la primavera es la estación del amor, pero está clarísimo que en otoño se forman más parejas. Si en otoño estás solo, te empezás a sentir solo. Pero lo peor no es sentirse solo, sino ver que nadie más está solo. Porque aunque digan que siempre hay un roto para un descocido, muchas veces es uno el que está roto, descocido y solo.

Como las ardillas, que cuando llega el invierno buscan su bellota para hibernar, nosotros en otoño buscamos nuestra bellota para amar.

Matate si no conseguís novio en otoño. O sea, podés hacerte la moderna y no usar ni sweater, ni guantes, pero si no conseguís novio en otoño no existís, porque en otoño sí o sí se usa novio.”

Apagé la radio rápidamente. ¿Quién quiere escuchar a la malcojida esa? ¿Quién es esta mina para decirme lo que usar? Si yo quiero usar novio en otoño, uso novio en otoño. Y si no quiero, no lo hago. No me voy a morir por no tener novio en otoño… Aunque… Tal vez la chica tenga un punto. Se vienen los fríos, las tardes al lado de la estufa con un chocolate caliente y una buena película, ¿y qué mejor manera de pasar ese tiempo que sumarle a un novio que te abrace, no?

¿Por qué usamos lo que usamos? Digo, la gente sigue una moda. Todos somos una gran manada. Si alguien usa novio, ¿significa que deberíamos usarlo? De eso se trata la moda, ¿no? Seguir tendencias. Por los colores que se usan, los zapatos, por un vestido, por la canción del momento, por lo que sea, nos dejamos atrapar. Nos entregamos inocentes a lo que otros dicen que debe ser, creyendo que vamos a encontrar lo que buscamos, aunque no sepamos lo que buscamos y mucho menos lo que sentimos. 

Nos encanta la moda pero, ¿por qué? Si es algo imposible de alcanzar. ¿Será justamente por eso? Es solo una ilusión que no podemos tocar. Por eso hoy yo digo basta.

Hoy dejo de correr detrás de lo que no se puede alcanzar. Hoy sigo mi camino y acepto lo que el mismo me depara. Mi novio de otoño que espere. Si esperó durante todo el año, esperar un rato más no creo que lo hernie.

Antes de que pudiera siquiera pensarlo, ya estábamos pisando el pavimento del estacionamiento del colegio. Liam aparcó en el primer lugar disponible que vio y ambos bajamos del auto.

Lo primero que siento es una agradable brisa chocar con mi rostro y mover algunos mechones de cabello. Hay olor a lluvia y tierra, mezclado con hojas secas. El holor del otoño. Me muerdo el labio y comienzo a caminar animada. Con mi monólogo mental, y el inicio de esta nueva temporada, me siento más fuerte que nunca. Es más, no es el inicio simplemente de una estación nueva, es el inicio de algo más. Aún no descubrí qué, pero va a ser grande. Lo se.

Liam corre un poco para llegar hacia donde estoy y me abraza por los hombros. Le sonrío y entramos al colegio en esa posición.

Recorremos los pasillos y llegamos a la puerta que da con el patio, hacia la galería, donde ya están todos nuestros amigos hablando animadamente, seguramente de la fiesta de Niall, ya que el último es el que más emoción le pone a cada palabra que sale de su boca. Al llegar todos levantan la cabeza para saludarnos, tanto los que estaban en el piso como los que estaban sentados.

Mi mirada accidentalmente choca con sus intensos ojos celestes, quienes me examinan de arriba a abajo mientras porta una sonrisita burlona. Un simple gesto. Todo lo que tuvo que hacer Louis para desarmarme por completo. Una mirada bastó para desmoronar todo mi plan mental. Ese plan mental que duró apenas un minuto, y hubiera durado más si no fuera por él. Estaba recostado contra uno de los postes de la galería, cruzando los brazos. Sentí como el color amenazaba con comenzar a subir hacia mis mejillas, así que aparté mi mirada de él rapidamente. Gran error. Ahora el piensa que me intimida.

No puedo renunciar tan rápido. No lo voy a hacer. Aún siento que este día es el comienzo de algo importante, y Louis no va a arruinarme ese sentimiento. Una vez sentada en el piso de madera blanca de la galeria, justo al lado de mi hermano, vuelvo a subir la mirada. Como era de esperarse, sus ojos aún estaban clavados en mí. Sonreí hipócrita a forma de saludo, pero aún así no despegué mi mirada de su rostro. Me devolvió la sonrisa y sostuvimos la mirada en una guerra constante, mientras los demás se enfrascaban en una conversación sobre el transporte para el sábado.

Agregué más hostilidad a mi mirada, achicando mis ojos y logrando que mis largas pestañas chocaran con mis cejas. Él no se movió. Comencé a sentirme cohibida por su mirada sobre la mía, pero no podía retirarme de la batalla a la mitad de ésta. Hice malabares mentales para no reírme de su cara seria y graciosa a la vez.

-¡_______! –Gritó alguien, logrando que tanto Louis como yo despegáramos las miradas y miráramos a la portadora de aquel grito desesperado: Ana.
-¿Quép? –Pregunté calmada, tratando de que nadie notara que le mantenía la mirada a Louis.
-¿Me vas a prestar el vestido o no, zorra? –Preguntó algo irritada. Andá a saber hace cuanto que está tratando de llamar mi atención.
-¿Qué vestido? –Pregunté confundida frunciendo el entrecejo.
-Te mandé un mensaje hoy de mañana, chota. –Recordé su mensaje, y que no se lo había respondido. Asentí lentamente procesando la idea.
-Si, claro. ¿Qué vestido te presto? –Pregunté tratando de evitar la mirada de Louis, que volvía a estar sobre mi ser.
-No se, debería ir a investigar. –Respondió con una sonrisa. Se la devolví. Aún estaba feliz por el comienzo del otoño.
-Sos libre de stalkear mi ropero.
-¿Por qué tanta felicidad? –Me pregunta Niall también sonriendo, aunque calculo que no por las mismas razones que él.
-El otoño me pone feliz. –Respondo sonriéndo aún más.
-¿Por qué? Solo significa que el verano terminó, y que toda mi oportunidad de usar short desapareció. –Habló Micki con una manzana en la mano a medio comer.
-Estamos en Londres. Toda oportunidad de usar shorts queda completamente opacada por el hecho de que hace frío los tres cientos sesenta y cinco días del año... –Responde Angie riendo.
-Mentira. –Reclama la rubia. –Yo eh usado shorts este verano. Hicieron días lindos. –Angie le da la razon asintiendo levemente. –De todas maneras no sé que le ves al otoño.
-Las hojas. –Todas las miradas giran en torno a la esquina en la cual Louis había mágicamente dejado de acosarme con la mirada y participar en la conversación. Lo miré confundida con el ceño fruncido. Pero claramente no era la única. –Son de colores. –Responde como si fuera algo obvio. Lo es para mí, pero lo que me parece extraño es que se haya tomado la molestia de pensarlo. –Londres es gris y aburrido. –Comienzas a explicar al ver que nadie entendía. –Los colores de las hojas que caen de los árboles le dan color a la ciudad. Queda linda. –Abro los labios levemente para decir algo, pero los cierro inmediatamente. –Por lo menos es lo que yo pienso. No se _______.

Todas las miradas pasaron de él hacia mí. No quería darle la razón. Si decía que era verdad, iba a demostrar la vaga teoría de Ana de que Louis y yo somos iguales, y pensamos igual, y lo menos que quiero es que me comparen con Louis. Pero si digo que no es así, no tendría otra razón válida para explicarles por qué me gusta el otoño. Justo cuando iba a responder se escucha el irritante sonido de la campana, que nunca me había sentido tan agradecida de escuchar.

Los chicos dejaron de prestarme atención a mí y comenzaron a pararse para ir tras su primera clase del día. Teníamos todos juntos teatro. Adoro las clases que tenemos todos juntos. Son pocas, pero divertidas.

Entramos a la sala ambientada con objetos de obras de teatro, como varios cuadros colgados en la pared, un par de espadas entrecruzadas sobre un escudo de quién sabe quién, y varias máscaras tanto tristes como felices esparcidas por las paredes. Adelante había un pequeño escenario, igual que en la sala de baile. Solo que este tenía un pequeño telón rojo, el cual nunca en mi vida vi puesto en escena. Estoy casi segura de que es pura decoración. Al fondo hay varias sillas puestas en forma de “u” mirando hacia el escenario. Ocupé una en el medio, y quedé con Angie de un lado y Niall del otro.

-Buenas tardes alumnos. –Dijo entrando el profesor West. Uno de los profesores más jóvenes que tenemos. Debe de andar cerca de los treinta años, tiene el cabello y los ojos castaños, y una pequeña barba sobre su cara. Es alto y delgado, pero no parece débil. –Hoy vamos a trabajar con el “plot twist”. ¿Alguien sabe lo que es el “plot twist”? –Pregunta una vez que se acomoda delante del escenario. Una chica a la que conozco como Molly levanta tímidamente la mano. El profesor asiente dándole la palabra.
-Es cuando una escena cambia abrúptamente. –El profesor West asiente mientras camina de un lado a otro y se rasca la barba.
-Ponele que sí. –Se para en el medio de la sala y nos mira a todos. –El “plot twist” es ese punto en la trama en el que un elemento anterior es re-introducido y cambia la percepción que se tenía de toda la obra, película, o libro en general. En otras palabras, un cambio abrupto en la obra. Algo inesperado que da un giro completo a nuestra interpretación. ¿Alguien puede decirme un ejemplo?
-Luke, soy tu padre. –Dice un chico al que conozco como Drew a otro llamado Luke de broma y con la voz de Darth Vader burlándose de él.
-Exactamente, señor Anderson. En Star Wars cuando Darth Vader le dice a Luke que es su padre, es exáctamente un “plot twist”. –El chico choca las manos con otro sorprendido y alagado a la vez. –Nadie se lo imaginaba, y cambió toda la película. –Volvió a su actividad de caminar por la clase sin rumbo alguno. –Así que hoy les voy a dar una escena de una obra, y cuando termine, van a tener que realizar un “plot twist”. ¿Entendido? –Preguntó nuevamente rascando su barba.

Todos asintieron y él fue hacia donde había dejado su portafolio, sacó dos hojas y las arrugó, y me lanzó una a mí y otra a… Louis. Excelente. La vida me descansa. Respiré hondo y me pare caminando hacia el pequeño escenario. Al igual que mi compañero, quien avanzaba con una gran sonrisa. Desembolví el papel para ver de qué escena se trataba.

Y justo cuando pensaba que las cosas no se podían poner peor…

-¿Van a empezar? –Preguntó atento el professor West desde el fondo del salon. Asentí al tiempo que respiraba hondo nuevamente, mientras Louis reía con una mano en al boca discretamente. Tragué en seco y comencé a actuar.

(desde ahora es actuación)

-¡Ay de mí! -dije poniendo el dorso de mi mano en la frente.
-Habla. ¡Oh! ¡Habla otra vez ángel resplandeciente!… Porque esta noche apareces tan esplendorosa sobre mi cabeza como un alado mensajero celeste ante los ojos extáticos y maravillados de los mortales, que se inclinan hacia atrás para verle, cuando él cabalga sobre las tardas perezosas nubes y navega en el seno del aire. -Tengo que darle la razón a Ana en esta… El chico actúa excelente.
-¡Oh Romeo, Romeo! ¿Por qué eres tú Romeo? Niega a tu padre y rehusa tu nombre; o, si no quieres, júrame tan sólo que me amas, y dejaré yo de ser una Capuleto. -La mayoría de la clase, aquellos que estaban al tanto de mi relación con Louis, o sea de la parte de que nos odiábamos incondicionalmente, estalló en discretas risas al darse cuenta de que la escena era de la obre de William Shakespeare, Romeo y Julieta. -¡Sólo tu nombre es mi enemigo! ¡Porque tú eres tú mismo, seas o no Montesco! -Me alejé de Louis y me paré frente al reto de la clase. -¿Qué es Montesco? No es ni mano, ni pie, ni brazo, ni rostro, ni parte alguna que pertenezca a un hombre. ¡Oh, sea otro nombre! ¿Qué hay en un nombre? ¡Lo que llamamos rosa exhalaría el mismo grato perfume con cualquiera otra denominación! -Volví hacia donde estaba mi compañero, y al mirarlo a los ojos olvidé todo. Todas las cosas que había dicho hoy, todo mi pensamiento sobre no caer en sus trucos, TODO. Quedé en blanco, y solo las palabras correspondientes a la obra salían de mi boca, tan suavemente como si yo de verdad fuera Julieta y él Romeo. -De igual modo Romeo, aunque Romeo no se llamara, conservaría sin este título las raras perfecciones que atesora. -Inconcientemente mi mano subió hacia su cara y acarició su mejilla. -¡Romeo, rechaza tu nombre; y a cambio de ese nombre, que no forma parte de ti -bajé la mano hasta tener la suya entre mis dedos. -,tómame a mi toda entera! -Por un minuto todo se quedó en silencio absoluto. Incluso él. Me miraba asombrado, con los ojos clavados en los míos, perforándolos a su paso. Y su mano tensa sobre la mía. Sus ojos bajaron a mi boca y continuó hablando.
-Te tomo la palabra. Llámame sólo “amor mío” y seré nuevamente bautizado. –Puso su otra mano restante sobre mi cintura y me acercó a él. - ¡Desde ahora mismo dejaré de ser Romeo!
-¡Plot Twist! –Gritó el profesor, enfrascado en nuestra actuación, al igual que nosotros. Ese grito me trajo nuevamente a la realidad.
-Por más grato que a mi me fuera, nuestro amor no podrá ser. –Comienzo a improvisar mientras me salgo de su agarre.
-¿Por qué, amada mía? –Pregunta él volviendo a agarrar mi mano.
-Porque prometiste amor eterno a mi hermano, dos lunas antes. –La clase estalla en una carcajada.
-No era mi intención ilusionar a su hermano, bella doncella. –Repuso tratando de no reír, con asombrosos resultados. –Solo quería lograr que me dejara de molestar.
-¿Fue por eso también que sellaste su pacto de amor con una candente noche, honorable Romeo? –Todos comenzaron a reír nuevamente.
-Eso no es verdad, mi amada. Entre su hermano y yo no hubo más que una exhaustante charla.
-¿Ahora insinúa usted que mi hermano es un mentiroso?
-¡Vuelta a la realidad! –Grita el profesor, quien también reía desde el fondo de la clase.
-Yo no insinúo nada más mi amor hacia ti. –Dijo acercándose y tomando mi mano, solo que esta vez se lo permití. –Mi amor por ti es mas grande que el universo entero, y la vida junto a ti, mi amor, ha de ser perfecta. El amor va en busca del amor como el estudiante huyendo de sus libros, y el amor se aleja del amor como el niño que deja sus juegos para tornar al estudio. ¡Que el sueño descanse en tus dulces ojos y la paz en tu alma! ¡Ojalá fuera yo el sueño, ojalá fuera yo la paz en que se duerme tu belleza! De aquí voy a la celda donde mora mi piadoso confesor, para pedirle ayuda y consejo en este trance.

Trance. En un trance terminé yo después de que él me diga todas esas palabras lindas. No podia despegar mis ojos de los suyos. Los aplausos inundaron la sala, pero aún así yo seguía inmersa en sus profundos ojos celestes, quienes brillaban a más no poder. Él sonrió satisfecho y separó la mirada de mis ojos para mirar al público y hacer unas raras reverencias que solo lograron que la gente riéra a cuestas de su alter ego.

El timbre sonó, así que yo fui la primera en salir disparada, agarrar mi mochila que estaba junto a la silla donde me había sentado antes, y cruzar la puerta a toda velocidad. Tenía que salir de ahí. Todo estaba confuso. Por un lado sabía que Louis me estaba re jodiendo, y que todo era una actuación, pero por otro lado se veía tan real. Era como si las palabras me las estuviera diciendo en cerio, como si le salieran del alma especialmente para mí. Pero no, el pibe solo actuaba, y yo soy una pajera por creerme cualquiera de las palabras que dijo.

Fui a mi casillero, probablemente completamente roja y agarré los libros para mi siguiente clase.

Al llegar me senté al final, y me refugié en mi silla a esperar a Anna, ya que tenía con ella esta clase. En eso me llega un mensaje. No tenía ni que revisar para saber de quien era. Lo presentía. No quería abrirlo. Así que simplemente me dediqué a ver como de un árbol caían hojas hacia el suelo. Comencé a tamborilear el banco con mis dedos. Pasaron al rededor de treinta segundos para darme cuenta de que estaba utilizando todo para ditraerme, cuando en realidad me moría por ver lo que decía el mensaje. Me mordí el labio para saciar las ganas, pero nada parecía ser suficiente. La impaciencia me carcomía por dentro.

Finalmente cuando iba a desbloquear el celular, me interrumpen.

-Saliste volando de la clase, boluda. –Comentó Anna sentándose en la silla a mi lado y dejando su bolso en el piso junto a ella.
-Estoy cansada. Eso es todo. –Respondí dándole una falsa sonrisa cansada.
-Actuás re bien. –Exclamó creyéndose mi historia. O fingiendo que se la creía. Ahora está la parte importante en la que me cuestiono si realmente actuaba… Pero claro que lo hacía. Sonreí nuevamente pesadamente y asentí dándole la razón.

La clase comenzó y por un momento tuve la esperanza de que la lección de biología me distrajera un poco. Pero no era así. Mis uñas rebotaban contra la madera del banco, y mi pie no paraba de moverse de arriba a abajo tratando de distraerme. Pero nuevamente no lo logré, y terminé desbloqueando mi cellular directo a la casilla de mensajes. Claramente, como eran mis sospechas, había un mensaje de Louis. Por alguna razón ver al remitente como “Will” me tranquilizaba de cierta manera. Pero no dejaba de ser menos Louis por eso…

You never told me you were such a good actress, sweetie.” (Nunca me dijiste que eras tan Buena actríz, dulce.)

Dudé entre contestarle o no.

“You never told me you were such an asshole, sweetie.” (Nunca me dijiste que eras tan idiota, ducle)

“An asshole you want to kiss.” (Un idiota al que quieres besar)

Esa frase se había vuelto su marca registrada, prácticamente. Cada vez que yo le decía que era un idiota, él mencionaba las ganas que yo tenía de besarlo. El tema está en que esta vez ciertamente quería hacerlo.

“Behind the bleachers in five.” (Atrás de las gradas en cinco.)

¿Vieron cuando mandan un mensaje pero a los tres segundos se arrepienten rotundamente? Bueno, eso. Me empecé a impacientar. Anna tuvo que sostener mi mano con la suya para que dejara de tamborilear en la mesa. Un minute después, el cual pareció media hora, mi cellular vibró en mis dedos bajo el escritorio.

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Perdón por estar tan ausente!!! Para los que no saben, me fui a un paseo el finde pasado, por eso no subí. Y ahora ando re complicada porque la semana que viene no, la otra entro en los finales, y se me va a dificultar un poco subir. Así que si tardo es por eso. Igual voy a intentar todo lo posible de subir por ustedes!!! No se preocupen, en 20 días termino las clases y voy a poder escribirles mucho :) Y también probablemente retome la de Niall :) 

Varios temas a tratar:

1) Gracias de verdad a todas las que me dieron su apoyo con la chica que me robó la novela, ver todo su apoyo me sirvió mucho, y me dieron ganas de abrazarlas a todas y cada una de ustedes. De todas maneras la chica se disculpó. La perdoné, pero no olvido lo que hizo. Así que ya pueden descansar. De todas maneras, a aquellas que ayudaron, o a las que solo dieron su apoyo, GRACIAS DESDE EL FONDO DE MI CORAZÓN.

2) Micki, la chica que aparece en mi novela, está escribiendo una novela. Estaría buenísimo si se pasan :) Este es el link: http://onedirectionytuwebnovel.blogspot.com.ar/#_=_

3) El tercero era que no voy a subir en los próximos días porque entro en finales, pero eso ya lo puse antes. De todas maneras voy a tratar de subir igual. :)

4) No se olviden de leer la novela de Ana, Back To Us!!! Que por sierto le debo un coridal agradecimiento por el bello capítulo que me dedicó :)

Y creo que eso sería todo. Ah, y que los capítulos van a ser más cortos, así son más :) Deseenme suerte en los parciales!!!!


LAS AMO DEMASIADO A TODAS Y CADA UNA DE USTEDES, Y OJALÁ QUE LES GUSTE EL CAPÍTULO!!!

-Ju :)